martes, 27 de enero de 2009

Información sobre la segunda edición

La segunda edición de “Una mirada bizca a la poesía contemporánea en castellano” se basa en una convocatoria de autores que permita el tratamiento imparcial e independiente del hecho poético desde la teoría y la práctica.


En esta ocasión el tema a tratar será “La celebración: fastos y fustas”. Paralelamente al evento se convoca el II Premio Horacio Sevilla de Poesía Viva.


Presentan: Fabio de la Flor y Gonzalo Escarpa, dos hombres bizcos.

4 de abril de 2009. 19.30 h.

La Escalera de Jacob

Madrid

lunes, 26 de enero de 2009

II Premio Horacio Sevilla de Poesía Viva

- Desde la publicación de este documento y hasta el día 28 de febrero de 2009, inclusive, se podrán enviar cuantos originales se deseen al email info@redfosforo.org. Para el fallo del jurado se tomará tanto en cuenta un poemario como un solo poema, pues la cantidad y la calidad son conceptos que sólo maneja unidos El Corte Inglés. También se pueden presentar grabaciones de lecturas, videopoemas, poesía visual, sonora, etc.

- Cada envío estará firmado por su autor y un número de teléfono de contacto (se supone que la dirección de correo electrónico desde la que se manda también pertenece al autor).

- El tema de los textos se centrará en La Celebración. Así, en general.

- El jurado estará compuesto por personas cuyo indudable prestigio nunca se ha reconocido.

- El premio consistirá en recitar junto al elenco de poetas del encuentro “Una Mirada Bizca” , pasando a formar parte de un evento que se repetirá varias veces a lo largo de este milenio y que contará con publicaciones, información en los medios y garantías de escapar a la mediocridad, aunque sea por la puerta de atrás.

Una coz más

Vuelve Una Mirada Bizca. Un año después de su primera convocatoria, el festival más corto, políticamente incorrecto y 'patafísico de Madrid anuncia su regreso. Una Mirada Bizca II tendrá lugar en el mes de marzo en La Escalera de Jacob. El tema es sencillo: "La celebración: fastos y fustas". Diferentes creadores, poetas y visionarios debatirán sobre él. Más noticias muy pronto.


"Ustedes siempre presuponen grandes males detrás de personalidades extrañas. Ustedes siempre establecen proporciones entre elementos que no tienen ninguna concordancia: a más tele menos cariño, a más lectura menos amistades, a más Playstation menos novias, más cicatrices, más daño. Ustedes creen que la vida es una gran cocina y que todos los ingredientes se pueden mezclar. Ustedes tienen esa clase de metáforas para resumir todo esto: una cocina con muchos ingredientes, la vida es como una caja de bombones, la vida son ríos que van a dar a la mar, la vida es una barca, la vida es una noria, la vida no es vida, tú eres mi vida, la vida no es un camino de rosas, la vida es un gran teatro, la universidad de la vida, la vida es un sueño, la vida me la paso yo por donde me paso la esponja.

No les culpo. La mayoría de ustedes han leído El Principito. El Principito es una de las cosas que han dinamitado la conciencia crítica del sistema. El Principito nos ha hecho creer en un mundo tapizado de ternura, en un universo en contracción, según leyes evolucionistas, cuyos postulados determinan que nuestro intelecto está compuesto exclusivamente de avioncitos, cajitas, ovejitas, nubecitas y bastardos constrictor. El Principito nos ha llenado el corazón de algodón, de un algodón dulce y acaramelado que obstruye las arterias de la razón.

Es muy probable que, tras la ingesta masiva de estos opiáceos literarios, ustedes hayan nadado hasta la orilla de la estulticia cinematográfica y hayan visionado como energúmenos “El club de los poetas muertos”, otro de los grandes fenómenos del imaginario social, que nos sumerge en las procelosas aguas de la tardo-infancia o la adolescencia perpetua. Habrán querido que todos sus profesores sean Keating, que sus jefes sean Keating, que sus padres sean Keating, que sus camellos sean Keating. Requieren esos breves pero intensos triunfos sobre una realidad acostumbrada a machacarles, conquistar pequeñas parcelas de terreno y gritar “oh capitán, mi capitán”. “Oh capitán, mi capitán” al haber podido solucionar la instalación del ADSL en su ordenador, “oh capitán, mi capitán” al haberse quedado con la casa y el coche después del divorcio, “oh capitán, mi capitán” al conseguir que la cajera del supermercado no le cuele un bote de mayonesa Ligeresa de más.

Ustedes son tontos, pero son felices. Celébrenlo".


Horacio Sevilla, Discurso de entrada en la Academia de Bellas Artes de Hawaii