Después de La Dinamo nos queda el gozo, la sal, la climatérica sensación de que palabras como climatérica, o caliginoso, no deberían usarse en demasía.
Dentro de nada publicaremos las imágenes, videos y audios de aquel primer encuentro titulado
Una mirada bizca: superficialidad, queja y exceso.
De momento, aquí tenemos el poema ganador del
I Premio Horacio Sevilla de Poesía Viva.
Enhorabuena, y gracias a todos los que contáis versos.
LOS CLIENTES
Hay una paz extraterrestre en este lugar,
un silencio quebrado a penas
por el sonido mundano y grueso,
lejano y triste, de los aviones.
Nadie fuma porque nadie hay.
A mi lado se desparraman las sillas en sus respaldos
como gimnastas baldragas en horas de siesta.
Son las diez, la noche. Me quiero enamorar
del agua, de los mordisquitos de las truchas,
las ondas que forman, quiero ser redondo,
absolutamente cerdo obnubilado,
un buda angelical.
Yo tengo un gozo en el alma,
grande gozo en el alma y en mi ser...
Pero dos ruidos
dos luces
dos coches
las voces desatan
el barullo del amor
con su bronca vivaracha,
rompen la barrera del sonido,
los clientes,
con sus labios besados,
sus saludos y alhajas,
con sus viajes al váter, frescos, claros
como un río de agua viva
(¡Viva!)
me campanean.
Yo me regloto,
me abruptamente pongo en camarero.
Vuelvo a toser.
Ánjel María FernándezArnedo, La Rioja (España)