jueves, 11 de octubre de 2007

Después de La Dinamo

Después de La Dinamo nos queda el gozo, la sal, la climatérica sensación de que palabras como climatérica, o caliginoso, no deberían usarse en demasía.

Dentro de nada publicaremos las imágenes, videos y audios de aquel primer encuentro titulado Una mirada bizca: superficialidad, queja y exceso.

De momento, aquí tenemos el poema ganador del
I Premio Horacio Sevilla de Poesía Viva
.

Enhorabuena, y gracias a todos los que contáis versos.



LOS CLIENTES

Hay una paz extraterrestre en este lugar,

un silencio quebrado a penas

por el sonido mundano y grueso,

lejano y triste, de los aviones.

Nadie fuma porque nadie hay.

A mi lado se desparraman las sillas en sus respaldos

como gimnastas baldragas en horas de siesta.

Son las diez, la noche. Me quiero enamorar

del agua, de los mordisquitos de las truchas,

las ondas que forman, quiero ser redondo,

absolutamente cerdo obnubilado,

un buda angelical.

Yo tengo un gozo en el alma,

grande gozo en el alma y en mi ser...

Pero dos ruidos

dos luces

dos coches

las voces desatan

el barullo del amor

con su bronca vivaracha,

rompen la barrera del sonido,

los clientes,

con sus labios besados,

sus saludos y alhajas,

con sus viajes al váter, frescos, claros

como un río de agua viva

(¡Viva!)

me campanean.

Yo me regloto,

me abruptamente pongo en camarero.

Vuelvo a toser.



Ánjel María Fernández
Arnedo, La Rioja (España)