lunes, 26 de enero de 2009

Una coz más

Vuelve Una Mirada Bizca. Un año después de su primera convocatoria, el festival más corto, políticamente incorrecto y 'patafísico de Madrid anuncia su regreso. Una Mirada Bizca II tendrá lugar en el mes de marzo en La Escalera de Jacob. El tema es sencillo: "La celebración: fastos y fustas". Diferentes creadores, poetas y visionarios debatirán sobre él. Más noticias muy pronto.


"Ustedes siempre presuponen grandes males detrás de personalidades extrañas. Ustedes siempre establecen proporciones entre elementos que no tienen ninguna concordancia: a más tele menos cariño, a más lectura menos amistades, a más Playstation menos novias, más cicatrices, más daño. Ustedes creen que la vida es una gran cocina y que todos los ingredientes se pueden mezclar. Ustedes tienen esa clase de metáforas para resumir todo esto: una cocina con muchos ingredientes, la vida es como una caja de bombones, la vida son ríos que van a dar a la mar, la vida es una barca, la vida es una noria, la vida no es vida, tú eres mi vida, la vida no es un camino de rosas, la vida es un gran teatro, la universidad de la vida, la vida es un sueño, la vida me la paso yo por donde me paso la esponja.

No les culpo. La mayoría de ustedes han leído El Principito. El Principito es una de las cosas que han dinamitado la conciencia crítica del sistema. El Principito nos ha hecho creer en un mundo tapizado de ternura, en un universo en contracción, según leyes evolucionistas, cuyos postulados determinan que nuestro intelecto está compuesto exclusivamente de avioncitos, cajitas, ovejitas, nubecitas y bastardos constrictor. El Principito nos ha llenado el corazón de algodón, de un algodón dulce y acaramelado que obstruye las arterias de la razón.

Es muy probable que, tras la ingesta masiva de estos opiáceos literarios, ustedes hayan nadado hasta la orilla de la estulticia cinematográfica y hayan visionado como energúmenos “El club de los poetas muertos”, otro de los grandes fenómenos del imaginario social, que nos sumerge en las procelosas aguas de la tardo-infancia o la adolescencia perpetua. Habrán querido que todos sus profesores sean Keating, que sus jefes sean Keating, que sus padres sean Keating, que sus camellos sean Keating. Requieren esos breves pero intensos triunfos sobre una realidad acostumbrada a machacarles, conquistar pequeñas parcelas de terreno y gritar “oh capitán, mi capitán”. “Oh capitán, mi capitán” al haber podido solucionar la instalación del ADSL en su ordenador, “oh capitán, mi capitán” al haberse quedado con la casa y el coche después del divorcio, “oh capitán, mi capitán” al conseguir que la cajera del supermercado no le cuele un bote de mayonesa Ligeresa de más.

Ustedes son tontos, pero son felices. Celébrenlo".


Horacio Sevilla, Discurso de entrada en la Academia de Bellas Artes de Hawaii